Goethe nace enFrankfurt el 28 de agosto de 1749 muere en Weimar el 22 de marzo de 1832 Alemania.
Encontramos que Goethe fue uno de esos espíritus que había en él una fuente inagotable de la grandeza.
Goethe es un espíritu que nos afecta de una manera muy especial.
Es un sabio, a cuya sabiduría volvemos otra vez después de largos años, y siempre a descubrir algo nuevo.
Goethe también se produce una especie de revelación secreta, una especie de Apocalipsis. Este Apocalipsis se oculta dentro de sus obras, que constituye la conclusión de su "Deutscher Ausgewanderten Unterhaltung," y es leída sólo por unas cuantas personas.
Para Goethe la tarea inmediata de la humanidad consistirá en trascender el simple conocimiento de lo mineral, y conocer lo vegetal.
¿Quién es el hombre representativo en la búsqueda del conocimiento de lo vegetal?
Goethe, se convirtió en el personaje de la quinta época post-atlante en su período rudimentario.
Goethe se empeña en asir la planta en trance de devenir; no es algo muerto, cerrado y terminado, sino algo que se halla en proceso que va de hoja en hoja. Un proceso de contracción, expansión.
Reconocido como uno de las mas grandes y versátiles escritores y pensadores Europeos de los tiempos modernos. Johann Wolfgang von Goethe influenció profundamente el crecimiento del romanticismo literario. Mejor conocido por su poesía lírica, por la gran influencia de sus novelas, y particularmente por su poema dramático Fausto , Goethe también hizo substanciales contribuciones a la biología, historia y la filosofía de la ciencia.
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Desde el punto de vista filosófico, Goethe era un neoplatónico. El neoplatonismo le permitió descubrir que el mundo es uno y tal visión fue la que nutrió el ánimo del poeta. Poesía, verdad,
ciencia, alquimia y rosacrucismo se concilian en un solo conocimiento: el conocimiento humano, el cual dota de significado al mundo. Según el neoplatonismo los planetas son entidades con
características idénticas a las de los cuerpos vivos, tal y como lo insinuó Platón en su diálogo Timeo. El cuerpo del planeta es animado por un sistema venoso manifestado en los canales de lava
subterráneos, sistema completado por el agua de mar que regresa a las montañas recorriendo enormes depósitos bajo tierra, para después fluir por el cauce de los ríos. El neoplatonismo nos habla
con imágenes. Goethe escribe al respecto: “Me imagino la tierra con su aura vaporosa como la eterna aspiración y espiración de un magno ser viviente”. A partir de esta enseñanza, Goethe eleva su
edificio conceptual.
Goethe estaba convencido de que la manera de descubrir los secretos de la naturaleza es por medio de la visión, y no por medio de máquinas. “La naturaleza enmudece con el tormento”, aseguraba.
Por eso en su Historia de la teoría de los colores, Goethe comenta sobre el Ars magna lucis et umbrae de Kircher: “Por vez primera queda demostrado con claridad que la luz, la sombra y los
colores tienen que considerarse elementos de la visión, y que los colores son un producto de las dos primeras”.
¿Dónde aprendió todo esto nuestro poeta? Sabemos que al principio Goethe fue un esoterista aficionado, porque fue rechazado por todas las escuelas donde pretendió entrar. Parece que los primeros
en recibirlo fueron los rosacruces. Goethe escribió un poema donde celebra su admisión en dicha logia: “La cruz está entrelazada con la rosa./ ¿Quién ha puesto rosas en la cruz?”
LA CIENCIA DE GOETHE
La teoría de los colores de Goethe es un ejemplo de su opinión filosófica. Según esta opinión, nuestra psique dota al color de significado. El color es un símbolo de lo que sucede en
nuestra alma. Los símbolos de lo que sucede en nuestra alma son formas verdaderas, por lo que los colores son formas verdaderas, ideas en un sentido platónico. Los colores intensifican, compensan
y se contraponen a otras ideas, creando una amalgama de polaridades. Para contemplar los fenómenos de la naturaleza desde un punto de vista morfológico y descubrir a los colores como ideas
capaces de transformar nuestro ánimo, no necesitamos máquinas muy complicadas, sino ser capaces de “ver ideas” como dirían los metafísicos.
Lo que hemos puesto arriba son las bases de la cromoterapia según Goethe, en la cual los colores se agrupan en dos tipos distintos: los colores positivos o activos que “causan una actitud
animada, emprendedora, activa”. Estos colores son el amarillo, el naranja y el rojo amarillento.
Los colores negativos o pasivos “se adaptan a un humor intranquilo, maleable, apasionado, tierno y lleno de emoción. Estos colores son el azul, el azul rojizo, el rojo azulado.
En consecuencia, según Goethe el rojo posee una gran dignidad y seriedad en vista de que reúne en sí a todos los demás colores (según Newton el blanco es la suma de los
colores).
Un paisaje claro, mirado a través de un cristal rojo, nos conmueve porque “la atmósfera se transforma y nos infunde un temor reverente que nos hace pensar en el día del Juicio Final”. El
amarillo es “alegre y tiernamente activo”, al reforzarse con el rojo, se vuelve “más potente y magnífico”, y se adapta más que cualquier otro color a “dar el sentido del calor y la delicia”. El
azul es “una encantadora nada”, pero si se mezcla con el rojo, dando azul rojizo, nos pone nerviosos, llena nuestro corazón de inquietud y nos empuja a la inactividad.
"Un hombre vale por tantos hombres cuantos idiomas posee."
Siempre resta a cada uno suficiente fuerza para alcanzar aquello de que está convencido.
"¡Sea el hombre noble, caritativo y bueno! Es lo único que lo distingue de todos los demás seres."
"Todas las inteligencias son invisibles para el que no tiene inteligencia él mismo."
"Nada revela tan a las claras el carácter de los hombres como aquello que encuentran ridículo."
"El hombre más feliz del mundo es aquel
que sepa reconocer los méritos de los
demás y pueda alegrarse del bien
ajeno como si fuera propio"
"El Cuento de Hada de la Serpiente Verde y el hermoso lirio", Goethe habló de un modo aún más íntimo que en el primero. Encontramos misterios ocultos en sus notables imágenes, y Goethe hizo uso de estas imágenes simbólicas para expresar sus pensamientos más íntimos. Cualquier persona que sea capaz de entender el cuento de hadas sabe que Goethe era un teósofo y místico. Goethe estaba familiarizado con la sabiduría y la concepción del mundo que tratamos de dar contenidas en una forma popular en la Teosofía, y el cuento de hadas en sí es una prueba de ello, sólo que en el momento en que Goethe escribía, el camino aún no se había realizado para vestir a las más altas verdades en las palabras y darles contenidas en conferencias abiertas por el poder de la razón, estas verdades humanas más íntimas psíquicas no fueron habla abiertamente. Los que dieron un toque de ellos ponen en forma simbólica, y expresó que por medio de símbolos. Esta era una antigua costumbre, que data de la Edad Media, cuando se pensaba que sería imposible poner la mayor comprensión de la forma abstracta, sino que un tipo de experiencia o iniciación era necesario. Esto hizo imposible que la gente hable de estas verdades, que creía que un tipo particular de estado de ánimo, una especie de alma especial atmósfera era necesaria para comprender estas verdades, no podían ser captadas por el mero intelecto.